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Se conoce por álbum ilustrado o libro-álbum a toda obra literaria caracterizada, en primer lugar, por aunar en una misma página un contenido textual y un contenido ilustrado que mantienen una relación de interdependencia, lo que significa que uno no puede ser entendido en su totalidad sin el otro; ambos se complementan, aportando conexión, coherencia y contenido a la obra literaria. En segundo lugar, en el libro álbum el significado se forma también a través de pautas de diseño gráfico y muchas otras decisiones editoriales como el formato, el tamaño, el tipo de papel, etc.[1] Dos ejemplos de álbum ilustrado son El zoológico de Anthony Browne y Lily takes a walk de Satoshi Kitamura.[2]
En el libro álbum, las imágenes tienen una gran voluntad narrativa y pueden por sí solas contar eficazmente una historia. Un libro álbum cuenta con una preeminencia del lenguaje visual, pero la comunicación se da en su alternancia con el lenguaje escrito. Un libro álbum apela al tacto, a la percepción de colores, de formas, a las evocaciones y sonidos de las palabras, que promueven un complejo discurso que resuena y construye modos de leer. Te sumerge en un mundo completamente nuevo, en un sinfín de nuevos sentidos.
Es un género literario propio de la literatura infantil y juvenil (LIJ), no obstante, es leído y disfrutado tanto por niños y jóvenes, como por adultos, incluidos cientos de especialistas.[1]
Empezó a tomar forma a finales del siglo XIX y mediados del XX.[3] Su nacimiento se sitúa en 1931 con la publicación de Historia de Babar, el pequeño elefante de Jean Brunhoff, donde por primera vez el libro-objeto combinó la articulación de texto, imagen y soporte editorial.[4] Antes de la existencia Babar, el libro álbum se alimentó de una larga historia de la literatura infantil, desde los cuentos de hadas recopilados por Charles Perrault en 1697 y los de Madame d'Aulnoy en 1698[5], más adelante por el libro de advertencia Pedro Melenas de Heinrich Hoffmann lleno de humor negro (1845), hasta llegar a obras más parecidas a las que se venden actualmente, como The Tale of Peter Rabbit de Beatrix Potter en 1901.[1] En la actualidad, este género, dado que nos encontramos en la época dominada por las imágenes, se encuentra en su "edad de oro", ya que son numerosas las editoriales que apuestan por este formato, más visual y práctico a la hora de transmitir ideas que bien pueden ser sencillas o complejas.[1]